Martín adoraba sentarse en el sillón de papá después de cenar. Mientras los mayores recogían sus
platos, el pequeño comenzaba a dar las primeras cabezadas que casi siempre
anticipaban increíbles sueños.
Esa noche no
tardó ni cinco minutos en caer. Martín aterrizó en un bosque frondoso, repleto
de plantas y flores. Pero no parecía haber nadie por allí. De repente, alguien
pronunció su nombre:
- ¡Bienvenido Martín!
Martín se giró y casi se cayó del susto. Un pequeño hipopótamo le saludaba agitando un
colorido sombrero.
- La fiesta no empieza hasta dentro de un rato,
pero podemos ir caminando hacia la cabaña del león. Ya estarán llegando los
invitados-. Dijo el hipopótamo.
Ambos caminaron hacia una zona de cabañas donde ya se veían llegar a algunos niños y más animales. ¡Todos sus compañeros del cole estaban
allí! ¡Habían sido invitados por los animales que vieron en la excursión al
zoo!
Jajaja que divertido! La verdad es que habría estado bien asistir a una fiesta hecha por tus animales favoritos!
ResponderEliminarMe ha arrancado una sonrisa de domingo noche :)
Gracias Mama Medusi :) Me alegro de haberte arrancado esa sonrisa. Besos!
EliminarTremenda fiesta!!! Igualdad entre personas y animales... Así debería ser siempre, pero muchas veces no sucede!! Lindo relato. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias Mamá Merlín! Cuánto disfrutan los peques con sus animales favoritos :) Al menos, yo tengo ese recuerdo de niña.
EliminarBesos!
Ya llego, ya llego, te acabo de agregar al blogroll para no perderte de vista :)
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento! Es de lo más original, gracias por permitirnos entrar en los sueños de Martín!
¡Muchas gracias! Me alegro de que te haya gustado el cuento. A mí me está encantando participar en el reto :)
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