Empanadillas al horno

No son las de Móstoles y tampoco las ha hecho Encanna de noche, pero están deliciosas. Señoras y señores, he descubierto una manera fácil y, sobre todo, sana de hacer empanadillas: ¡al horno! Ese gran amigo nuestro que muchas veces dejamos olvidado, pero que nos puede ofrecer platos increíblemente deliciosos. 

Os explico paso a paso el proceso y ya me contaréis qué tal os ha ido. De verdad, es muy fácil y ¡están riquísimas! 

Ingredientes: Masa para empanadillas de La Cocinera, cebolla, aceite, sal, tomate natural triturado, atún.

Tiempo de preparación: entre 20 minutos y media hora.

Proceso (para 8 empanadillas):  Precalentamos el horno a 200º durante unos 10-15 minutos y con la parte de arriba y la de abajo encendidas. Mientras se va precalentando, en una sartén pequeña vamos a preparar el relleno de las empanadillas. Echamos un poco de aceite (que cubra un poco el fondo, pero sin pasarse) y sofreímos cebolla picada. Cuando se ha quedado un poco transparente, añadimos el tomate natural triturado (yo utilicé menos de la mitad de un brick de 800 gramos), un poco de sal, un poco de azúcar para corregir la acidez del tomate y dejamos que se sofría durante 5 minutos. Pasados esos minutos, añadimos 2 latas de atún y calentamos un poco más. 

A continuación, en la bandeja del horno ponemos papel para hornear y colocamos la masa de las empanadillas. Después, vamos echando el relleno con una cucharilla pequeña. ¡Ojo! no pongáis mucha porque se puede salir por los lados cuando cerremos la empanadilla. 

Una vez que hayamos puesto el relleno en la masa, cerramos las empanadillas cogiendo de un extremo y llevándolo al contrario, y sellamos los bordes con ayuda de un tenedor. Para que queden doraditas, batimos un huevo y "pintamos" las empanadillas antes de meterlas en el horno.

Introducimos la bandeja en el horno a 180º y esperamos a que se doren. Aquí siento no ser taaan precisa, porque la verdad es que cada horno tiene vida propia y mientras uno te deja las empanadillas doraditas en 10 minutos, otro te las chamusca en 5...  Además, a cada uno le gustan de una manera. Así que, mi consejo es que las pongáis a media altura y cuando estén doradas, las sacáis. Si veis que la cosa tarda en coger color, subid una altura más la bandeja. 

Mi resultado ha sido este:

Y ya le estoy dando vueltas a cuántos rellenos puedo hacer para las próximas veces: calabacín, pimientos, pollo, carne.... Creo que es una receta que admite muchos ingredientes y que, al no estar fritas, son muy sanas.

Bon appétit!

Filetes de lubina al horno con guarnición

Una receta muy sana, fácil de hacer y tupper-friendly que descubrí gracias a una amiga. ¡Patri, va por ti! 

Y es que a mí me gusta mucho el pescado, en concreto los filetes de dorada o de lubina, pero me parecía un tostón hacerlo a la plancha -que para mí era la manera más sencilla- porque odio el olor a pescado por toda la casa... ropa y pelo incluidos.

Total, que Patri me dijo que ella los hacía en el horno, que se tardaba poco tiempo y encima te ahorrabas la humareda y el mal olor. Así que así hice y no he vuelto a posar el lomo de un pescado en la sartén. ¡Al horno que va!

Dificultad: Ninguna si compráis el pescado ya hecho filetes y si sabéis cómo funciona el horno.

Tiempo de preparación: 20 minutos en el horno. Media hora en total.

Ingredientes (para 2 personas): 2 ó 4 filetes de lubina (dependiendo de su tamaño o de si va a ser plato único), aceite, hierbas provenzales (o la especia que te apetezca), ajo (picado o en polvo) sal y vino blanco. Para la guarnición he utilizado media cebolla, 1 pimiento verde, 2 patatas medianas, sal y aceite. 

Preparación: Precalentamos el horno durante unos minutos a 200 grados. Mientras va cogiendo temperatura, en una bandeja para horno echamos un poco de aceite y ponemos los filetes de lubina. Los salamos y añadimos las hierbas provenzales y el ajo (yo suelo utilizar en que viene ya en polvo). Incluimos un chorrito (generoso) de vino blanco y si el horno ya está caliente, metemos la lubina a media altura y la cocinamos a unos 180 grados durante 20 minutos.

Para la guarnición: En una cazuela no muy grande rehogamos cebolla y pimiento verde. Mientras se pocha la verdura, pelamos y picamos las patatas que, o bien las añadiremos a la cazuela y dejaremos que se hagan en unos 10 minutos, o bien las haremos al microondas. ¿Al microondas? Sí. ¡Y en 5 minutos! ¿Cómo? Pues cuando tienes las verduras pochadas, las mezclas con las patatas y echas todo en un plato o fuente para microondas. Pones cronómetro a 5 minutos y listo. 

Pasado el tiempo de horneado (20 minutos) y con nuestra guarnición hecha, sólo queda metérselo entre pecho y espalda o guardarlo en un tupper para comer en la ofi. 

¡Buen provecho!

Tortitas americanas

Para mí, un sábado perfecto empieza con un buen desayuno. No me valen los cereales o las galletas que tomo a toda prisa entre semana. A mí lo que me gusta es un croissant a la plancha o un par de tostadas o pan con tomate.... Pero si no nos ha dado tiempo de comprar el día anterior o nos da demasiada pereza como para bajar a comprar sin desayunar, podemos hacer un rico desayuno sin emplear ni mucho tiempo ni mucho esfuerzo :)

Ingredientes (para 2 personas): 1 huevo, medio vaso de leche, medio vaso de harina, una cucharada pequeña de levadura y una pizca de sal.
Preparación: Echamos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y lo mezclamos bien. Lo dejamos reposar un ratito. Mientras, podemos ir preparando un zumo, o calentando el café con leche.
Ponemos una sartén al fuego y cuando esté caliente, vertemos un poco de la mezcla hasta el tamaño de tortita que nos apetezca. Verás que van apareciendo pompitas. Pues cuando haya unas cuantas, es el momento de darle la vuelta. Con una espátula de madera se hace muy bien. Dejamos que se haga la tortita por el otro lado durante unos segundos y... ¡al plato! Hacemos lo mismo con el resto de la mezcla (para las cantidades que os he dicho, salen 4 del tamaño de las de la foto).
Podéis acompañarlas de mermelada, de Nocilla (la Nocilla en sí misma se merece otro post), de fruta, o de lo que consideréis.

¡Están riquísimas!

I love pasta: Ensalada de pasta con brócoli

Un plato sencillo, rápido y además muy colorido :)

Dificultad: Si tu mamá no te deja utilizar el fuego, no puedes hacer esta receta.

Tiempo de preparación: 10 minutos. 

Ingredientes (para 1 persona): 100 gramos de pasta, una lata de atún, tomates al gusto, unas ramas de brócoli (en este caso se ha utilizado brócoli congelado. Ya os hablaré algún día de el maravilloso invento de la verdura congelada), pasas al gusto, vinagre de frambuesa, aceite y sal. 

Preparación: Calentamos agua en una cazuela con un poco de sal. Cuando rompa a hervir, se echa la pasta y las ramas de brócoli congeladas, y lo dejamos cociendo durante unos 6 minutos. Mientras, lavamos los tomates y los picamos al gusto. Junto con ellos, echamos en la ensaladera una lata de atún y las pasas. 

Pasados los 6 minutos, escurrimos la pasta y el brócoli y lo ponemos todo en la ensaladera. 

El aliño que he utilizado ha sido sal, vinagre de frambuesa (riquísimo) y aceite de oliva virgen extra.

¡Ah! Y este plato ¡es tupper-friendly!

Feliz viernes ;)

Recetas de la mamma: Menestra de verduras con carne

Ay, qué sería de este blog sin las recetas de la mamma... Las tengo todas apuntadas, pero de vez en cuando la llamo para asegurarme, porque tengo el cuadernito hecho polvo de tanto utilizarlo.

Aquí va una receta sencilla de un plato rico y apetecible sobre todo el los meses de mayor fresquibiris, como diría la gran Estela Reynols.

Dificultad: Fácil.

Tiempo de preparación: Unos 20 minutos en total. Cocción en olla rápida, unos 12 minutos.

Ingredientes: Para dos personas yo he utilizado medio kilo de carne de ternera para guisar, un paquete de menestra de verduras congeladas, dos patatas medianas, aceite, sal, colorante o azafrán, vino blanco y agua.

Preparación: Cubrimos el fondo de la olla con aceite para rehogar la ternera con un poco de sal. Una vez haya cogido color, añadimos las verduras congeladas y le damos un par de vueltas al asunto. Echamos un poco de colorante o azafrán y un chorro generoso de vino blanco, y esperamos un poquito para que se evapore el alcohol. Después añadimos agua sin que llegue a cubrir la menestra y cerramos la olla. Cuando empiece a cocer, ponemos el cronómetro en 12 minutos y mientras podemos ir friendo unas patatuelas, que se añadirán posteriormente a la menestra.

Cuando la olla haya dejado de escupir vapor y podamos abrirla sin miedo a que nos explote en la cara (qué respeto le tengo yo a este instrumento, oye) añadimos las patatas fritas y removemos para que se mezcle bien todo.

Si preferís las patatas cocidas, no tenéis más que añadirlas junto con la menestra congelada después de haber rehogado la carne. Así se cocerá todo junto y asunto arreglado.

Está muy rica y además ¡es tupper-friendly!

Para empezar, un clásico

Qué mejor manera de empezar este blog en el que se pretende hablar de (buena) comida y babear, que con un plato que quita el sentido: Huevo frito con patatas y jamón serrano. 

Y antes de seguir hablando de este riquísimo plato, disculpad la calidad de las fotografías. Pero ¡no asustarse! Iremos mejorando entrada tras entrada :)

Al lío. El plato en cuestión se preparó para una cena de un día cualquiera. Una de esas noches tontuelas en las que no sabes muy bien qué llevarte a la boca, y de repente, abres la nevera y allí están: un par de huevos que te miran con piedad. Te giras y las patatas prácticamente se han pelado solas. Y el jamón serrano acaba de llegar con la cesta de Navidad, así que está fresco, fresco. 

Con un buen aceite de oliva virgen extra, este plato tiene menos peligro de lo que parece. Lo digo por los preocupados por el colesterol (loquehayquepelearconelloooos) o los que están "a plan".  A ver, tampoco abusemos de los fritos, ¿eh?  Pero oye, que un par de veces al mes yo creo que este plato es incluso recomendable.

Ahí lo dejo, espero hayáis disfrutado de la entrada. Ahora, ¡a disfrutar del plato!

Dificultad: No apto para los que no han frito un huevo en su vida.
Tiempo de preparación: Ná y menos.
Ingredientes: Huevos, patatas, jamón serrano, sal y aceite de oliva virgen extra.
Preparación: Lo primero es ponerse con las patatas, que es lo que tarda un poquito más. Se pelan, se lavan y se cortan al gusto. Yo para este plato veo que le van muy bien unas patatas grandes (en mi casa también se llaman "patatones como camiones"). Podemos prepararlas mientras se calienta el aceite, que tiene que ser abundante. Las freímos unos minutos hasta que estén a nuestro gusto. Yo primero las hago a fuego medio y cuando están blandas, lo pongo a tope para que se cojan color y se pongan crujientes por fuera. Una vez fritas, las ponemos en un plato con un papel de cocina para que absorva el aceite que sobre.
Después podemos freír el huevo en el mismo aceite de las patatas. Esto también va al gusto. A algunos os gustan "con puntillita", otros los preferís hechos a fuego lento... Hacedlos como queráis, pero no me dejéis esa babilla horrible, que es para salir corriendo, ¿vale?

Para terminar, se emplata y se pone uno la ración de jamón serrano que más le apetezca engullir.